Bombonas de gas natural o butano, ¿cuál es la mejor elección?

Bombonas de gas natural o butano, ¿cuál es la mejor elección?

Elegir una fuente de energía u otra será decisión del consumidor, aunque la mayoría de los clientes optan por el gas

El aumento de los precios de la energía está comenzando a afectar la economía nacional. Además del precio de la luz y del gas natural, también encontramos los precios de las bombonas de butano de 12,5 kg, que, aunque a la baja, alcanza los 18,58 euros, una subida interanual del 53% en año y medio. En este contexto, muchos hogares se plantean si merece la pena seguir utilizando bombonas de acero o instalar gas natural. Con la ayuda del comparador de tipos de interés Selectra, hemos desvelado una serie de guías sobre ambas opciones.

¿Cuáles son las ventajas de elegir la bombona de butano?

Fundamentalmente, el factor decisivo es la capacidad de conectarse a la red de distribución de gas. El butano no tiene este problema porque puede llegar a todo el territorio estatal, por lo que si no tienes gas natural, el butano es una alternativa. Además, la instalación de butano es más sencilla y económica que la de gas natural, unos 400 euros el butano y unos 1000 euros el gas. También es una buena opción para casas con poco consumo, por ejemplo, porque están ubicadas en regiones más cálidas como Levante o Canarias. O una segunda vivienda, utilizada durante unos meses cada año.

¿Y por el gas natural?

La rentabilidad de elegir el gas natural son muchas: es más seguro de instalar, se amortiza en un corto período de tiempo, se puede financiar y es más económico a largo plazo, ya que es una fuente de energía con precios generalmente estables. Además, es la más cómoda ya que no tienes que reservar un espacio determinado para la botella, ni reponerlo. Es decir, presta ininterrumpidamente el servicio.

¿En qué situación o hogar se aconseja una u otra opción?

Como dijimos al principio, la razón principal es la disponibilidad de acceso a la red. En general, el butano es rentable para los consumidores con suministro esporádico de butano, como por ejemplo en viviendas de temporada o de vacaciones, zonas cálidas donde apenas se utiliza la calefacción o donde no hay acceso a la red de gas natural.

No obstante, si reside en una región particularmente fría y su residencia principal es una casa unifamiliar que usa la mayor parte de la carga de energía de su hogar, se recomienda gas natural siempre que sea posible. Además, aunque no tengas calefacción de gas natural, es mucho más rentable y cómodo si tienes una cocina de gas natural o agua caliente.

¿Qué subvenciones y ayudas hay para instalar gas natural?

El Plan de Renovación de Calderas está diseñado para ayudar a reemplazar las calderas domésticas por calderas más eficientes con el objetivo de reducir las facturas de energía de los hogares y promover el uso de electrodomésticos que funcionan con gas natural. Este tipo de subvenciones son para cualquier persona que necesite o esté considerando reemplazar su antigua caldera, ya sea eléctrica o de combustible no renovable, por una caldera de condensación que funcione con gas natural o GLP. Asimismo, un usuario que disponga de una caldera de condensación y quiera sustituirla por otra con un combustible más eficiente puede beneficiarse de esta ayuda.

¿Qué opción se sugiere para familias con bajo poder adquisitivo?

Es cierto que si no tienes instalado un equipo de gas natural, instalarlo supone un desembolso inicial – desde 1.000€ en un piso y unos 1.540€ en una casa unifamiliar- aunque se amortiza a corto plazo, normalmente con las citadas ayudas subvencionadas.

Pese a lo cual, si un hogar con un poder adquisitivo modesto ya tiene butano instalado y el consumo no es muy elevado, puede ser más rentable mantener esta opción. No obstante, considerando el medio-largo plazo, una vez amortizada la instalación, la opción más asequible es el gas natural.